El Manual de cambio personal que no existe

Cuando todo va bien es fácil prepararse e improvisar comida sana. Uno no se preocupa en planificar loa menús porque piensa que ya lo pensará en el momento. Pero entonces vienen los momentos de estrés, la ansiedad ataca sin previo aviso y... a la mierda la comida sana.  Por eso hay que planificar, aunque creas que el día va a salir rodado y que decidirás la comida sobre la marcha. NO!!! ERROR!  Planifica y compra por adelantado. De esa manera cuando te conviertes en tu monstruo interior, le puedes guiar a través de la locura gracias a tu planificación. Agárrate a ella para no caer en él hambre emocional.  Usar una libreta bonita y planificar las comidas llenando las páginas de colores y pegatinas, ayuda. La belleza atrae al orden. Lo bonito convence. Anima a tu yo descentrado del futuro planificando esos bonitos menús. Lo agradecerás.

Quien canta sus males espanta. Y es totalmente cierto. No hay nada como cantar, tararear o silbar alto, muy alto.  Yo suelo hacerlo en el terrao mientras tiendo o recojo la ropa. O en el coche. Cualquier sitio donde te sientas libre, donde sepas que nadie te escucha y puedas dar lo mejor de ti sin vergüenza.  Después de haber pegado unos gritos, te sientes más feliz. Es como una meditación forzada, porque te concentras en la melodía y no piensas en nada más. Testado y certificado.  Cantad, malditos! Cantad!